2008-10-08

Artículo : La minería de los escritores


Origen:

Traducción escrita al castellano desde su original en oral catalán.
Desde la sección de ECP: Des de la Red (desde la Red) del programa OvellesElèctriques (ovejas electrónicas) de Eugeni Guillem de la radio local Sant Quirze 89.5 FM en su emisión del día 30 de septiembre del 2008.






Sobre el programa de radio:


El programa fue un monográfico sobre el compositor de música para películas James Newton Howard del cual conocía algunos trabajos pero no la cantidad y variedad de este compositor tan prolífico. Es un compositor que ha puesto sonido a muchas películas de ciencia ficción y fantasía siendo el compositor más habitual en las películas de M. Night Shyamalan que levanta pasiones y detractores y no deja indiferente a nadie; guionista y director de obras como el Sexto Sentido, el Protegido o recientemente el Incidente (2008).

La versión audio se puede descargar aquí o en la propia web de la radio.

Artículo : La minería de los escritores

¿ Os habéis fijado que existen pocas formas de acabar un libro realmente ? O bien o mal básicamente.

Se puede acabar de forma idílica con la solución a un misterio, el protagonista se queda con la chica y el malo se muere o recibe una buena paliza, vamos el cuento de hadas modernizado.
Por otro lado existen los finales trágicos donde todo acaba mal y del fracaso del protagonista se obtiene una lección moral.

Pero hay finales que no son finales,... me explico. Hay libros que no tienen final o libros que tienen medios finales con todos las posibles degradaciones entre final y no final. Hay libros que no son libros sino capítulos de una obra más basta y grande. Son les series o sagas. No existen ningún otro género como la ciencia ficción y la fantasía que tenga más series y sagas.

Dentro de estas obras que contemplan diferentes novelas tenemos una gran variedad por ejemplo: La Fundación de Asimov, Rama de Arthur C. Clarke, Dune de Frank Herbert, Ender de Orson Scot Card, Miles Vorkosigan de Bujold, Hyperion de Simmons, La cultura de Iain M. Banks, Honor Harrigton de Weber, Terramar de Leguin, Canción de Hielo y Fuego de Martin, MundoDisco de Pratchett, Geralt de Rivia de Sapkowski o el nombrable obligatóriamente Potter de Rowling... en fin un no parar de sagas y series para todos los gustos... y Dios mío las que me dejo.

Los escritores a veces son como mineros que una vez consiguen una veta de oro no la dejan y les cuesta mucho abandonarla y seguirán cavando aunque cada vez saquen menos oro de la veta. Los escritores les pasa algo parecido con las series. A veces un buen libro y unas buenas ventas, funcionan como una veta de oro. El escritor seguirá sacando novelas, rondando y girando sobre el mismo tema durante muchas entregas.
A veces la propia serie acaba teniendo más importancia que el propio escritor y el escritor se convierte en un elemento vehicular de la serie y en un elemento cada vez menos importante. La serie coge entidad propia.

En los peores casos la serie se convierte en una franquicia y son diferentes los escritores que van realizando libros casi en cadena, esto es más habitual en la fantasía donde series como WarHammer o Dragonlance son franquicias con muchos volúmenes y una calidad desigual según el escritor que recoge el testimonio en cada momento.

Estas series, o franquicias en su máximo exponente se pueden ligar de alguna forma tangencial con personajes que van saltando entre novelas, o solo con la ambientación de un mundo con unas reglas propias donde los personajes van cambiando en cada entrega o también con personajes que secundarios en una entrega aparecen como principales en otra.
A veces se juega con el tiempo con una cronología continuada a veces saltando adelante y atrás en el tiempo. Con precuelas, secuelas o precuelas de secuelas y todas las variantes.

Uno de los casos más curiosos es la saga de Miles Vorkosigan de la escritora Bujold, una serie que comenzó con tres o cuatro entregas con diferentes personajes que se movían dentro de un space opera compartida avanzando y retrocediendo en el tiempo hasta que al final todos se convirtieron en secundarios cuando apareció un personaje que los eclipsaba a todos, Miles Vorkosigan con unas características únicas con una malformación congénita y una inteligencia privilegiada, al punto que la propia concepción de Miles aparece como un efecto secundario de una novela donde sus padres son los protagonistas. Bujold encontró su filón. Y supo explotar como una veta de oro un personaje que evidentemente en las primeras entregas ni siquiera estaba en su mente.

Bujold fue buscando alternativas hasta que encontró un personaje adecuado y la saga continuó con un personaje central, hasta las últimas entregas donde ha vuelto a dar el protagonismo a nuevos personajes como una medida de rejuvenecer la saga que estaba entrando en cierta espiral repetitiva. Sin abandonar a Miles que funciona como una constante de la saga mientras otros personajes adquieren un nuevo protagonismo creciente.

Por otro lado esta continuidad es una arma peligrosa. Tiene aspectos muy positivos como la facilidad de introducir miles de detalles y aspectos de ambientación que no cabrían en una sola novela, esto permite dotar de una riqueza de matices a cada novela sin la necesidad de explicarlos cada vez. Los personajes ya están definidos y se puede entrar en materia rápidamente, directo al nudo argumental sin necesidad de buscar recursos literarios para definir ni ambientar personajes ni contextos. Todo es conocido y el lector experimentado con la serie se siente cómodo con unos personajes y una ambientación que ya no requiere ninguna explicación. En contra partida mucha de estas ventajas se transforman en una esclavitud creativa que tiene el autor, el cual se ve obligado a mantener todo un conjunto de reglas que puede que no encajen exactamente con lo realmente necesario para que la novela fuera mejor. El autor se ve abocado a ligar no solo la novela con lo que sucedió en las anteriores entregas sino también a dejar las puertas abiertas a posibles nuevas entregas. Además, si la cronología no es continua aún puede ser más difícil seguirla.
A veces en un arranque creativo, el autor quema los barcos y se carga al personaje principal porque no quiere seguir con la serie, quiere independizarse de su personaje estrella. Con el tiempo las presiones editoriales o el fracaso en otras iniciativas el autor se ve obligado a resucitarlo o a realizar precuelas de cualquier manera. Existen otros tipos de desventajas en una saga. El lector está muy controlado, el seguidor será fiel pero quien comprará un libro que se auto proclama como la octava entrega de no se que serie, no entrarán nuevos lectores con facilidad.

A veces intentar entrar en una serie a con bastantes novelas a cuestas es harto complicado porque, como decíamos, existen muchos detalles que se dan por conocidos. A veces los escritores de serie realizan ciertos ejercicios de complacencia con el lector novel dando orientación para poder captar nuevos lectores pero siempre sera una tarea complicada sino se quiere caer en pesadas explicaciones para situar los elementos característicos de personajes y reglas sobre el universo creativo que para el resto de lectores conocedores de la serie están superadas, son reiterativas y no les aportan nada.

A veces los escritores conciben la saga desde la primera novela y afirman que habrá 4 o 5 novelas para explicar todo lo que quieren y por tanto, al menos parece, no nos quieren engañar. Así sabemos lo que tenemos entre manos cuando leemos la primera entrega. Nos podrán dejar el final abierto pendiente de resolverse en la próxima entrega o pueden cerrar temas abriendo otros. Esto se puede realizar de forma que no moleste mucho y te puedas planta en el primer volumen o de una manera más dramática de forma que si no te compras las siguientes entregas no te solucionaran nada, pero estábamos avisados.

Si la saga surge gracias a una novela de éxito normalmente las continuaciones, que no estaban contempladas inicialmente, chirrían un poco porque es una continuación hecha con calzador y acostumbran a ser inferiores en calidad. A más entregas más dificultades para mantener un orden y más posibilidades de generar incoherencias entre novelas.

Pienso que las mejores series son aquellas que no dejan casi nada pendiente para la siguiente entrega y por tanto nos dan la oportunidad de abandonarla cuando se quiera y disfrutar de un final de libro cerrado con alguna rendija para desarrollar en siguientes entregas pero que son suficientemente pequeñas como para no dejarnos con mal cuerpo; como sucede con George R.R. Martin y su Canción de Hielo y Fuego que es tan buena y tan poco cerrada que nos esclaviza, esperando cada entrega como un acontecimiento vital y pensando que todos los aficionados a la serie deberíamos de ponernos de acuerdo y pagarle una dietista, para que se cuide y consiga terminar la canción. ¿Os imagináis un Tolkien que hubiera dejado el Señor de los Anillos con el Retorno del Rey pendiente de acabar? No sufráis que Tolkien la terminó. Veremos si Martin dejará este mundo y aún estaremos esperando un final; que cualquier desalmado heredero acabará de mala manera.

[Actualizado a las 09:19] Leo que el heredero de Stoker afirma que realizará una continuación oficial de Drácula. El personaje fue olímpico por Canada pero de literatura no ha hecho nada en su vida, como mucho ha leído alguna etiqueta de detergente. ¿Algún dinerillo habrá por medio ?

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